miércoles, 16 de abril de 2008

El Amor en Los Tiempos del "Cholera"

La siguiente es una reseña sobre la pelicula El Amor en Los Tiempos del Cólera, de la bloguera invitada Marginette Pulido.

Muchos conocemos la hermosa historia de Fermina y Florentino en la novela de Gabriel García Márquez, que le dio no solo muchas ventas, sino el tan ansiado Premio Nobel en el año de 1982 (si aún no sabe y no la ha leído, un poco de literatura latinoamericana no le haría daño). Pero, como lo que queremos en este blog o la razón por la que me invitaron a escribir acá, es hablar de la película, vamos a olvidarnos del libro por unos instantes bien sustanciosos y pongámosle atención a las cosas que hacen posible una película.

No creo y nunca he creído que una película sea mala o buena porque se parezca más o menos al libro. Soy escritora y también se cómo se hace una película - ardua tarea - pero si queremos analizar o ir a ver una película como por ejemplo Harry Potter o El Señor de los Anillos debemos olvidarnos de que antes fueron libros. Y eso traté de hacer. Fijarme en las actuaciones, la fotografía, los diálogos, las imágenes que nos muestra el director que al final es su lenguaje y como creación debe respetarse.

En cuanto al lugar dónde se rodó: Cartagena. No hace falta opinar mucho, es allí donde Gabo colocó la historia en su novela, y es allí donde se debió rodar, gracias damos porque la zona se conserva tal cual la época. No hay que hacer un gran esfuerzo para embellecer una película con semejantes paisajes, que definitivamente le dan a la película la atmósfera perfecta de romanticismo, soledad, espera, desasosiego, etc. El lector no alcanza a imaginarse en el libro todo lo que encierra la historia a través de sus paisajes, pero la película que maneja la imagen te lo muestra. Aunado a eso la voz de mi querida SHAKI, mientras el tiempo pasa acompañando esas imágenes y que más abajo hablaremos de ello.

No me gusta tampoco hablar, como hacen ciertos periodistas de farándula, del cliché comentarista que se lee o se escucha de esta manera: ACTUACIONES IMPECABLES. ¡Por Dios! No. Jamás en mis clases de teatro escuché decir al director: “Hoy chicos nos toca una materia llamada ‘Cómo hacer para actuar impecablemente’”. Y si en la materia de cine en la universidad alguien se atrevía a poner esa frase en su ensayo semanal, podían ponerle un cero y rompérselo en la cara. No diré quién estuvo mejor o peor; con el sólo hecho de que hayan sido actores latinoamericanos y de Colombia (la gran mayoría) el film tiene un mérito enorme. Eso me encantó. No importa el “inglés costeño” que se escuchaba, aunque hubiera preferido el castellano al lenguaje universal hollywoodense, pero, bueno, “quien paga manda”.

Javier Bardem, el protagonista, vivió una transformación muy especial. Su carácter, el universo romántico a donde nos lleva este personaje de la mano con cada carta, cada palabra, la paciencia que tiene al amar a Fermina, en quien también se puede observar el pasar de los años. Mi querida Fernanda Montenegro hace el papel de la madre de Florentino, las palabras sobran ante tal monstruo de la actuación, no se impecable o no, pero que provoca ver las pocas escenas, sobre todo la última antes de morir. Allí es donde se demuestra que no hay papel pequeño… y el resto ya lo saben. Otro papel que me gustó mucho fue el de la chica que protagonizó María, Llena Eres de Gracia, Catalina Sandino. Para mí representa el tiempo transcurrido en contraste con su prima Fermina. Ambas envejecen cada una en su ámbito social y son dos maneras de ver el amor. Fermina es un poco esa felicidad establecida e inventada cuando estuvo casada con el Dr. Urbino (Benjamin Bratt, quien desde hoy gana mi eterno deseo de amor, pasión y admiración) y que luego se autentifica cuando por fin se queda con Floretino, el amor de la juventud. La prima Hildebranda es aquel amor luchado, imposible, es la vejez que si llega, que deforma cuerpo pero no la mente.

Por cuestiones de tiempo, la película no alcanza, y eso sí es cierto, a transmitir lo que en realidad García Márquez quiso de alguna manera, en su novela. Quizá por eso fue que al Sr. Gabo Premio Nobel no le agradó y dijo que solo le gustó Shakira. Es válido. Si el director hubiera querido hacer la película tal cual la novela, les juro que tendría una duración de dos días. Así que, pensándola como film, es difícil captar esa eternidad cuando el tiempo transcurre. Por ejemplo, cuando los protagonistas ya están en el barco, con la bandera negra que avisa cuarentena por cólera, parece un viaje hacia el infinito. Es la eternidad merecida por esperar 51 años o más a la espera para consumar su amor. Todos sabemos que la ultima toma en contrapicado del barco en el Rio Magdalena, es un final abierto que pregunta: ¿Ellos estarán allí hasta que se mueran? Nos dice que la muerte es un tránsito en un barco de un mar a otro… aunque no los vimos morir, pero es la mejor muerte que dos seres que se aman pueden tener.

Por último mi amiga Shakira. Es sin duda lo más hermoso de la película. Ahí le doy la razón al escritor, porque es lo que más resalta de ella (y toda la música en general). Claro, no es que salga ella en la película moviendo las caderas que no mienten, obviamente. Toda película que se respete y quiera llegar de alguna manera al eterno recuerdo debe tener ciertos iconos que la identifiquen. Y entre esos esta la música, y de este film la música es única, no solo porque la interpreta una costeña y paisana del escritor, sino que reúne el ritmo, la sensibilidad, que una historia así requiere y más una historia en la costa colombiana, nada mas eso te digo. Allí le doy veinte puntos al director y al que la compuso, puedo decir que las sensaciones al oír la música, unida con las imágenes, los paisajes y la historia son muy conmovedoras. La voz de la chica - que no es mi favorita entre tantas que prefiero antes que ella - me llevó a ese sitio y a esa época. Sufrí el amor, la eternidad de la espera y comprendí que la película en bloque es una joya, muy bonita, sencilla, sin grandes escenas, sin efectos especiales, sin diálogos rebuscados… Una película para verla y enamorarse por un segundo del amor, y válido echarse una lloradita, y por supuesto comprarse el cd del soundtrack.

Marginette Pulido está finalizando sus estudios de Arte en la Universidad Central de Venezuela, ha escrito y actuado obras de teatro presentadas en varios lugares de Caracas, es bailaora, y en el rato libre que le queda publica de cuando en vez historias cortas en sus dos blogs: Dramatisurbe y La Logia.